lunes, 10 de octubre de 2011

Redención por transacción

reportaje sobre las maniobras del tele-evangelismo al estilo Pare de Sufrir, recién publicado en Milenio Semanal




 Es más complicado transportar dinero que narcóticos. No es metafísica, es una mera cuestión de volumen y rastreabilidad, pero mientras haya dinero por lavar no faltará quien lo siga intentando.

Desde Richard Nixon y su “guerra contra las drogas” se dispensa en este ámbito una política de espectáculo, por la cual se exhibe la captura de sicarios junto a toneladas de sustancias ilícitas. Pero esto tiende, sobre todo, a oscurecer lo esencial: quién gana, cuánto se gana y dónde termina el dinero. Esto aplica también para los casos donde las drogas que se ofrecen son ideológicas, y a su vez sirven de fachada para encubrir sumas provenientes de actividades ilícitas. Nada como un dilema moral para distraer de una solución práctica: en otras palabras, para negocio, las religiones.
El pasado 12 de septiembre el Ministerio Público Federal de Sao Paulo, Brasil, levantó una denuncia en contra de Emir Macedo, obispo principal de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), junto con tres de sus colaboradores, entre ellos el ex congresista Joao Batista Ramos da Silva. Los cargos son: fraude, falsificación, evasión fiscal y lavado de dinero en la forma de organización criminal. El caso se levantó, en particular, en relación a 235 millones de dólares ilegalmente transferidos de Sao Paulo a Estados Unidos por medio de una casa de cambio. Los cargos deben distinguirse claramente entre sí, ya que las cantidades que la IURD obtiene por medio de estafar a sus seguidores no necesariamente son las mismas que se lavan.
Sobre la denuncia por fraude, el procurador Silvio Martins Oliveira declaró que el dinero obtenido de los fieles se consigue por medio de “falsas promesas y amenazas de que el alivio espiritual y físico sólo llega a quienes se sacrifican económicamente por la Iglesia”. Es notable cuánto empata esta declaración con las palabras de Macedo, fundador de la IURD: “Quien no paga diezmo, le roba a Dios”.
LOTERÍA Y SUPERSTICIÓN
La IURD, mejor conocida como “Pare de Sufrir” por sus programas evangelistas en la televisión abierta, ha tenido una expansión apabullante. Desde sus primeros servicios en una funeraria al norte de Río de Janeiro en 1977, hasta ahora, apenas 34 años más tarde, suma en sus filas unos ocho millones de seguidores dispersos en 180 países del mundo. Edir Macedo, su fundador, trabajaba como cajero en la Lotería Nacional de Río de Janeiro en los años sesenta, cuando se unió a una Iglesia pentecostal llamada “Nueva Vida”. En 1974 comenzó a predicar en su primer ministerio, “Cruzada del camino eterno”, y, al ver que tenía talento, un año más tarde fundó el “Salón de la Fe” junto con Romildo Soares, pero tras una disputa terminaron por dividirse, y cada quien fundó su propia iglesia: Macedo la IURD y Soares la Iglesia Internacional de la Gracia Divina.
La leyenda del cajero de lotería que pasó a operar una iglesia con ingresos registrados de hasta mil millones de dólares al año, funciona como validación del credo neopentecostal por medio de la llamada Teología de la Prosperidad. Además de creer en sanaciones milagrosas, el juicio final y todo tipo de exorcismos, intervenciones místicas y divinas, estas Iglesias promueven la noción de que el éxito en los negocios es muestra del favor divino. En otras palabras, si no te va bien económicamente es signo de que eres malo o pecador, que tienes un demonio o un embrujo en tu vida, donde el favor divino sólo llegará si estás dispuesto a dar hasta que duela, a ofrecer todo lo que tengas a los representantes de Dios. Pero la donación no es la única muestra de fe y voluntad: las iglesias también venden productos milagrosos como agua bendita del río Jordán, partes del manto sagrado, aceite bendito, jabones para limpiarse “los demonios”, etcétera.
El imperio de la IURD cuenta ya con cerca de cinco mil templos en todo el mundo, 23 estaciones de televisión, 40 emisoras de radio, banco, compañía de seguros, agencia de viajes, una inmobiliaria, una bancada notable de diputados en el Congreso brasileño, un partido político en Portugal y, claro, la casa de cambio Diskline, en una muestra que parece más astucia comercial que don divino.
Lo que sí es un milagro es que Macedo, con un expediente criminal que data desde su primer encarcelamiento por fraude y charlatanería en 1992, siga libre y operando sin mayores trabas. Más misterio aún si le sumamos una investigación por lavado de dinero y vínculos con el narcotráfico desde 1996; quizá habría que sugerirle considere la estrategia de L.R. Hubbard, fundador de la Cienciología, quien, para permanecer prófugo de la justicia, se retiró a vivir a un barco en aguas internacionales.
VIERNES DE LIBERACIÓN
En la entrada al Santuario de la fe, en la avenida Yucatán de la colonia Roma de la Ciudad de México, lo que salta primero a la vista es el cartel enmarcado con el registro de la IURD como asociación religiosa otorgado por la Secretaría de Gobernación. No puedo dejar de preguntarme bajo qué criterios se otorgó en 2001 el permiso SGAR/2499 a una organización con un ya para entonces largo expediente criminal internacional; supongo que será similar al aplicado en Puebla para incluir en el currículo educativo del estado preceptos de la Cienciología.
Ya entre las butacas de lo que fue el Teatro Silvia Pinal, veo a la gente congregarse ante un escenario típico de telepredicador: parece la sala de un set de televisión. Sobre el escenario un chico toca música solemne en un teclado y arriba, en enormes letras doradas, dice “Jesuscristo es el Señor”. Sin más aparece sobre el escenario un hombre y dice: “A toas persons que tienen un problema en sua vida, venga para acá, pase al frente con suas manos extendidas al cielo, a la casa de Deus”, dice el pastor con marcada pronunciación carioca. Eso da inicio a una dinámica que se repetirá durante todo el servicio: la de “Simón dice”. Las canciones recitadas profusamente infantilizan a los asistentes con frases como “yo estoy perdido, tú eres mi pastor”; el entrenamiento de obediencia inicia con “pon las manos en el corazón, ahora pon las manos hacia el cielo, ahora siéntate, ahora levántate”. Deduzco que luego de suficiente tiempo y repeticiones del ritual se puede lograr que los feligreses obedezcan en muchas otras cosas.
El famoso diezmo se pide unas cuatro veces durante el servicio, de modos distintos y por motivos varios: en una de las ocasiones se pide que los asistentes pasen al frente a donar dinero, pero siempre en un orden dependiente de la cantidad de la cual se van a desprender. Con frecuencia se habla de brujería y de males, cosa que no deja de parecer una suerte de chantaje. Los trucos de vendedor incluyen el uso reiterado y estratégico de la palabra “Amén” durante el servicio; al principio se usa para hacer afirmaciones sobre la bondad de Dios o el poder de la palabra. Sin embargo, hacia el final del servicio, se exhorta a decir “Amén” para comprometerse a venir nuevamente al Santuario y traer consigo a algún familiar.
Otro recurso usado es el llamado “anclaje”: cada vez que se tiene una experiencia de catarsis o tras una plegaria se regalan pulseras, oraciones o una rosa, para anclar así la experiencia en un objeto y asegurar que el asistente tenga un recuerdo constante. El momento cúspide de un “Viernes de Liberación” es la histeria colectiva. Las personas, visiblemente desesperadas y dolientes, con las manos sobre la cabeza, son instruidas a “hablar con Deus de seus problemas y pida a ese problema que se vaya de sua vida”; por unos minutos hay dos mil personas que vociferan y gritan al mismo tiempo. Dos mil personas que dejan alguna forma de diezmo, en efectivo, cuatro veces por servicio, en alguno de los cuatro horarios que “Pare de Sufrir” ofrece a diario. Lo increíble es que por estos “servicios” la IURD cuenta con una exención de impuestos.
PARAÍSOS (FISCALES)

Como lo he mencionado antes, es crucial diferenciar los cargos por los cuales se ha denunciado a Macedo, ya que la indignación sobre las cantidades que logra extraer de sus feligreses no debe distraer la mirada legal de las sumas derivadas de “donaciones anónimas” susceptibles de ser lavadas. Al observar una organización con sedes en todo el mundo y una gran red de empresas y fachadas asociadas, que además cuenta con las exenciones particulares de una asociación religiosa, no puede dejarse de lado la investigación rigurosa al margen de las nebulosidades místico-mágicas. Ya habiéndose ubicado transacciones de grandes sumas por parte de la IURD destinadas a los llamados paraísos fiscales, resulta irresponsable por parte de las autoridades no indagar a fondo la totalidad de sus transacciones.
Marcelo Decoud, director para América Latina y el Caribe de la International Compliance Association, advierte: “Yo llamo a esto ‘el lavado perfecto’; las iglesias pueden ser utilizadas o pueden constituirse para ser utilizadas por los cárteles para ejecutar un lavado que no deje rastros, por un lado, y que a la vez permita un alto flujo de lo que es dinero en efectivo”. No obstante, en México, donde la IURD tiene ya más de 100 templos, la Ley Federal antilavado sigue estancada en la Cámara de Diputados porque los intereses de por medio son de un amplio alcance.
TEOLOGÍA DE LA LEGISLACIÓN
Por más ridícula que sea la estética y la teatralidad tele-evangelista de organizaciones como “Pare de Sufrir”, no se puede negar su proliferación y sus operaciones. No por ridículos son inofensivos. De entrada, al ofrecer falsas esperanzas, estimulando la superstición, impiden que las personas desesperadas procuren ayuda profesional. Esto es delicado especialmente en casos de patologías mentales como la esquizofrenia o en casos de abuso sexual. Debe reevaluarse en su totalidad la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público considerando con mayor rigor el artículo 8 (II) que delinea entre los deberes de éstas “abstenerse de perseguir fines de lucro o preponderantemente económicos”, así como el artículo 29 (IV), donde se establecen los motivos de sanciones y las procedencia de las mismas requiere una especificación sobre la salud mental y no sólo la integridad física de los participantes. Además, habría que exigir se revaloraren los estándares bajo los cuales la Dirección General de Asociaciones Religiosas otorga el estatus de Asociación Religiosa y, finalmente, concuerdo con el procurador Martins Oliveira en que debe revocarse la exención de impuestos a organizaciones como “Pare de Sufrir”, procurando con ello un mayor rigor en las investigaciones sobre el uso que hacen de sus recursos y los servicios y productos que ofrecen. Pero mientras estas plegarias se conceden, el espectáculo debe continuar…