viernes, 16 de noviembre de 2012

Divina Locura



La espiritualidad, en el mejor de los casos, es una suerte de tecnología de la subjetividad. Implica métodos para nutrir nuestra experiencia viviente y el modo de estar en el mundo. Desafortunadamente, a lo largo de la historia de las tradiciones espirituales, pareciese que lo último que interesa es la experiencia viviente. A cambio ofrecen fórmulas congeladas y anacrónicas para perpetuar supersticiones. Todo esto deriva, más bien, en una fijación ritualista y el establecimiento de jerarquías institucionales. En tales casos, poco difiere de cualquier otra institución humana. Pero a través del tiempo, cada tradición espiritual tiene la suerte de cruzarse con adeptos que desafían estas fórmulas, revitalizando así el impulso original del sendero en cuestión.
Uno de tales sujetos es Drukpa Kunley, "el divino loco del linaje del dragón". Este maestro budista del siglo XV, es considerado el santo patrono de Bhutan, y conocido por sus métodos poco convencionales para transmitir las enseñanzas del Buda. Una anécdota celebre es aquella donde un anciano, quién insiste no es ni brillante, ni virtuoso, ni disciplinado acaso, le pide instrucción. Drukpa Kunley le ofrece el siguiente método: que repita, como mantra, una serie de obscenidades cada que pueda. El viejo lo hace devota y sórdidamente, y con ello da señas de obtener la comprensión de la naturaleza  de la realidad al paso de los años.
Pero a Drukpa Kunley también se le conoce como "el santo de las 5,000 mujeres". Sus leyendas cuentan cómo al llegar a cada poblado, además de vencer en debates a los monjes locales, pedía siempre le diesen a probar su mejor chang (cerveza tibetana de arroz fermentado) y le presentasen a las más guapas chicas de la región. A muchos --y no entiendo por qué-- esto podría parecerles “poco espiritual”. Claro, porque son de esos que aún niegan el reino de los sentidos, creyendo que lo espiritual es algo abstracto y difuso. Sin los sentidos no hay espiritualidad, sencillamente porque no hay experiencia como tal. Punto. Comoquiera, la leyenda cuenta que Drukpa Kunley condujo a la iluminación (sea lo que sea eso), a cada mujer que llevó a su lecho.

A tono con lo anterior, consideremos la siguiente anécdota: estando Drukpa Kunley con unos monjes frente a un templo, estos comenzaron a hacer sus postraciones frente al templo. Pero Drukpa Kunley les dio la espalda y comenzó a postrarse frente a una joven mujer. Los monjes alarmados lo confrontaron, indagando cómo podía él hacer tal injuria, además de sentenciarle todo el mal karma que habría de padecer por los siglos de los siglos. Él respondió así:
Siendo que la mujer es la vía por la cual todo bien y todo mal entran al mundo, ella tiene la naturaleza de la Madre Sabiduría. […] Lo que es más, cuando ustedes tomaron sus ordenanzas y votos de disciplina a los pies de su preceptor espiritual, haciendo ofrendas de oro y plata sin preocupación por el futuro, entraron al mándala por entre los muslos de una mujer. Así que yo no hago distinción alguna entre esta mujer y el Templo como objetos de refugio.
Él estaba habitando y procurando extender el sentido viviente de la tradición espiritual a la que pertenece. Regresar al sentido fundamental de las prácticas, a fin de que éstas tengan aplicación en la vida del practicante. Y claro, se encontró a cada paso del camino con monjes santurrones y señoras escandalizadas. Pero la experiencia viviente a la que hizo sus postraciones, se extendió también como un linaje habitable y continuo. Hoy en día resulta irónico que haya miles de personas en Bhutan que al visitar el monasterio de Drukpa Kunley, se postran para recibir las bendiciones de un enorme falo de madera y marfil. De nuevo viven postrados ante artilugios inertes mas no en reverencia a su experiencia viva. En palabras de Drukpa Kunley:
Esta vida es mi maestra y mi sabiduría interna mi guía.


miércoles, 7 de noviembre de 2012

el borde


y según el recuento de estadísticas
y datos de laboratorios high-tech,
según los adoradores impunes de la más
elocuente contundencia informativa,
según prominentes científicos
primermundistas de gran actualidad:

no,
no hay talisman
para eludir el diluvio;
ese
que se avecina,
sin rencor
y sin piedad.
no, aclaran,
no hay mantra secreto,
ni mente de sabio yogi desencarnado,
que sirva de balsa
o de paraguas, acaso,
para mantenerse a salvo
del diluvio;
ese
que comenzó
desde antes de antes
de anteayer.

según
estudios calculados,
en base a una semi-infinitud de datos,
según las esferas celestes
y las mamacitas que recitan el clima en milenio tv,
según las más rigurosas observaciones
y confesiones
del maguito sonrics:

no,
no hay escapulario
que aguante la impredecible torpeza
de la muerte;
ni los que brillan en la oscuridad,
ni los de Malverde,
ni los de
la Santa Muerte.
no,
dicen,
no hay novena que te saque del panteón
(como aquellas tarjetas del Monopoly,
para salir
de la carcel,
gratis).

y lo confirma el cadaver del papa, los órganos
putrefactos de tu gurú, las cenizas de huitzilopochtli
y las de alguna miss universo, por si
las dudas. y lo declara
la calavera de Pedro Infante, el cabello de Lenin, el pastillero
de Marilyn Monroe, el hedor en las túnicas
de la madre Teresa, los huesos del Che, la asfixia de Houdini,
y una cucaracha que pisaste sin querer,
ayer.

olvidemos las letras pequeñas del contrato, corazón.
y píntate las uñas, mujer.

agárrate del borde
de la mesa.

el lápiz labial difuminando
los límites
de tu boca,

y esos gemidos
de animal: la pupila de una galaxia
derramada en esta habitación.

     porque no somos todo.
     porque da angustia desaparecer.
     porque la cobardía es avasalladora, y el presente
     solo llega cuando no estamos para estar
     presentes. cuando nos venimos,
     pues, en vez de irnos,
     pues.

agárrate del borde, reina,
de la mesa, perra,
y para bien las nalgas,
que afuera
aún brilla el sol.




domingo, 4 de noviembre de 2012

Imagina

de mi columna para RAZtudio.



Quizás la vida es demasiado breve como para dedicar tiempo a planificar tu funeral. Pero alguien lo tendrá que hacer. Morirse implica varias complicaciones en forma de trámites legales y gastos fúnebres. Y si se le ocurrió al difunto aventarse al metro o alguna cosa por el estilo, alguien tendrá que recoger los pedacitos de cráneo que quedan entre las vías. Despojarse de un cuerpo implica costos, decisiones técnicas, logística y, claro, en casos sociables, invitaciones. Dentro de las tantas cuestiones a tomarse en cuenta, está la selección musical para el funeral.
Es, de cierto modo, impositivo dejar un playlist ya hecho para tu funeral. Digo, el muerto, pues ya estará muerto; por ello el funeral es para los vivos y no para el muerto. Pero supongo es un gusto que uno puede darse. En mi caso, las únicas instrucciones que tengo es que no lo oficie ningún tipo de figura religiosa, y que se ponga a sonar algo salsero en algún momento. Héctor Lavoe, Celia Cruz y Ray Baretto, de preferencia. Es decir, algo que refleje el tumbao de mis días, a modo que se recuerde mi gusto por vivir.
Pero, parece ser que no es tan sencillo. Al menos no en el Reino Unido. Según un estudio reciente por parte de Co-op Funeralcare (la empresa funeraria más grande de Inglaterra), los directores de varios crematorios prohíben ciertas canciones durante los ritos fúnebres. Ahora han incluido a ‘Imagine’ de John Lennon en su lista negra, junto con ‘Disco Inferno’ de The Tramps o ‘Bat out of Hell’ de Meatloaf. Lo curioso es que las dos canciones posteriores las descartan por que son “de mal gusto”. En cambio ‘Imagine’, una de las rolas más queridas de todos los tiempos, se encuentra censurada por sus letras; específicamente por decir “imagine there is no heaven” (imagina que no hay un cielo).

Es curioso que la canción sea prohibida para despedirse de un ser amado. Si, carajo, asumir la muerte alguien querido implica apreciarle por lo que compartimos con esa persona. Y esto se valora en su justa medida solo si asumimos la muerte como definitiva. De otro modo no fueron eventos únicos e irrepetibles, sino que solo habrá que esperar unas cuantas ni-tan-eternas eternidades para echarse otra ronda. Pero lo que impacta es que la canción no dice “no hay un cielo” o “tu dios es basura”, solo sugiere un ejercicio imaginativo. Un uso de la imaginación para descartar ciertos fantasmas y enfocar nuestros esfuerzos y afecto a este mundo y a quienes lo cohabitan con nosotros. Así, y no en supuestos, pero los funerales son grandes puntos de publicidad religiosa; ahí reafirman sus productos milagro ante la ignorancia y miedo de nosotros los vivos ante la muerte.
Comoquiera, me parece que los únicos criterios para seleccionar un soundtrack para un funeral deben ser de carácter estético, respetando las disposiciones del difunto sobre todo. Por lo demás, sostengo que es siniestro aquello de intentar negarle a los dolosos el horror y la tristeza ante la muerte de quién han querido en vida. Lo reitero: negar el peso de la muerte no trae consigo un alivio neto; lo único que trae consigo es la negación de la gloria de este mundo. Y con ello la negación de cuán increíble fue compartir con esa persona.